martes, 15 de agosto de 2017


La piscina Julio Navarro cumple 70 años.

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http://www.laprovincia.es/deportes/2017/08/13/70-anos-julio-navarro/968440.html


Foto:Vicente Garcia (+)

Setenta años se cumplen ya de la inauguración en Las Palmas de Gran Canaria de la piscina Municipal ubicada en el Parque Doramas y que recibiría el nombre de Julio Navarro. Desde ese 1947 inaugural, muchos han sido los servicios que han prestado a la sociedad grancanaria la piscina principal y la secundaria ubicadas en las instalaciones municipales, saliendo de ellos un buen número de campeones para la natación canaria a todos los niveles. Pero para su construcción e inauguración posterior hubieron de pasar muchas vicisitudes y, sobre todo, contar con los decididos apoyos que tuvo.
La nueva piscina contó con muchos apoyos de las instituciones y fueron decisivas las intervenciones, sobre todo en el aspecto económico, tanto del Ayuntamiento de la ciudad como del Cabildo y la del gobernador civil, José de Olague Arnedo, y de otra figura del deporte que, con el tiempo, se implicaría también con la natación: Luis Benítez de Lugo y Ascanio, Marqués de La Florida, que en aquel momento era Delegado de Deportes.
Pero sin duda alguna, la piscina no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional del alcalde, Francisco Hernández González, al que se conoció coloquialmente como Franito, quien preocupado por la "visible decadencia de la natación", acuerda construir la piscina deportiva. Y no sólo fue una apuesta del alcalde, también lo fue de toda la corporación, como lo demostró también el concejal Manuel Alvarado Duarte, que lo sustituía accidentalmente en aquel año 1947.
La piscina tenía 33,33 metros de largo, unas dimensiones que eran muy habituales en aquellos años, un ancho de 14 metros, que permitirían 7 calles de 2 metros, con profundidad desde 1,10 a 3,70 en la parte de los trampolines, y aunque la altura del agua al borde era de 0,35 centímetros, ya se instalaban en aquella época soluciones arquitectónicas: "se instalarán en las cabezas de calle, plataformas de salida de un metro por 40 centímetros para dar más vista al espectáculo" (señalaba Arvetru, en LA PROVINCIA, 2/8/47).
La torre de saltos estaba construida con todos los adelantos y normas reglamentarias y constaba de su plataforma a 5 metros del nivel del agua, con dos metros de ancho y cinco de largo, y entrando dos metros en la piscina y además dos trampolines a tres metros, un metro dentro del agua y también otro desmontable que se ponía a un metro, para los principiantes, aunque con el paso de los años se ha convertido en una altura oficial de competición.
Habría que destacar que el propio Ayuntamiento ya indicaba que la piscina iba a contar con los más modernos adelantos de entonces en cuanto se refiere a instalaciones secundarias, como son duchas, vestuarios, graderío, etc., y lo más importante, que la piscina se construye con fines esencialmente deportivos, sin cantinas ni bares, que desdicen de esta clase de instalaciones...
Iba a tener una grada fija construida de cemento sobre los vestuarios con capacidad para unas 800 personas, que en España solo poseía en aquellos momentos la piscina de Montjuic, aunque para el campeonato inaugural se habilitaron gradas supletorias y sillas, en las zonas norte y este de la piscina, y que alcanzaron un aforo de unas 4.000 personas, que dicho sea de paso, se llenaron durante el campeonato. La confección del proyecto había sido encomendada al arquitecto Antonio Cardona y al técnico Antonio Doreste, "que han puesto todo su entusiasmo en la obra, que esperamos sea un modelo en su género", se señalaba.
Y la primera consecuencia de esta construcción fue la concesión del Campeonato de España a Las Palmas de Gran Canaria si, como era de esperar, construía la piscina, como así se lo comunicaba el presidente de la Federación Española, el histórico Bernardo Picornell, al alcalde, y además sirvió para bautizar a la piscina con el nombre histórico de Julio Navarro, el considerado padre de la natación canaria, un hecho que fue aceptado unánimemente por toda la sociedad canaria, deportiva o no.
En realidad, la piscina se inaugura "solemnemente" en el mes de agosto de ese 1947, con los Campeonatos Regionales, algo poco habitual, ya que en los años anteriores cada isla capitalina hacía sus campeonatos provinciales y después se enfrentaban en lo que se denominaba Festival de Selecciones, que servía para conformar el equipo que representaría a Canarias en los Campeonatos de España, por lo que en esta ocasión iba a haber un enfrentamiento directo entre los clubes Metropole, Marítimo y Alcaravaneras por Las Palmas, Náutico, Iberia y Atlante por Tenerife. Todo un hito.
Títulos y visitas internacionales
En los años siguientes la piscina tuvo una frenética actividad y puso en valor la apuesta que se había hecho con su construcción. La creación de clubes, los entrenamientos, los cursillos de enseñanza, el ambiente que se generó alrededor de la piscina, que sin duda ayudó a que de nuevo Canarias subiera a lo más alto del podio nacional, enlazando una brillante etapa que dura hasta 1960, con los máximos títulos en los años 1948, 1949, 1952, 1953, 1955, 1956, 1958 y 1960, no sólo en masculinos, ya que también lo hizo en féminas en 1952, 1953, 1958, 1959 y 1960. Eso sin olvidar la larga lista de campeones y récords de España en casi todas las pruebas y categorías.
Y estaban, además, todas esas competiciones de carácter nacional e internacional que tuvieron como sede la piscina del Parque Doramas, como las visitas del Racing Club de París, Gimnasia y Esgrima de Argentina, Sudáfrica, etc. y a nivel nacional con esos encuentros Canarias-Cataluña que ganaban los nuestros, o los Juegos Militares de la Aviación, etc.. . Allí entrenaban juntos Metropole, Victoria y Alcaravaneras, cada uno con su potencialidad y con sus rivalidades, pero que sin duda influyeron en esa brillante trayectoria de la natación canaria.
Precisamente es en el año 1960 cuando el Ayuntamiento de la ciudad acomete la mejora de la piscina, que pasaría ya a ser de 50 metros, ampliando la cabecera norte, aunque mantenía las siete calles y dotándola de mejoras en vestuarios, un gimnasio y en la construcción de la famosa caseta que fue local federativo y del Comité de Árbitros y después, sede la famosa cantina de Antoñito y sus no menos famosos bocadillos de calamares.
En la década de los sesenta el Alcaravaneras desaparece, el Metropole se va a sus nuevas y flamantes instalaciones del Paseo de Alonso Quesada y el Victoria también desaparece, pero traslada su herencia a la Sección de Natación de la UD Las Palmas, que se queda como único inquilino y sigue manteniendo la brillantez deportiva de la instalación siendo la que ejecuta una nueva reforma, en el año 1979, con la actual estructura de 50 x 21, ocho calles y la desaparición de la Emblemática Torre de Saltos.
Los acontecimientos en los años posteriores, sobre todo a finales de los años ochenta y principios de los noventa, se fueron complicando, ya que la Sección de Natación de la UD Las Palmas desaparece de la competición y se crea un nuevo club, el Club Natación Las Palmas, que asumió la herencia del anterior, pero eso es otra historia.

El actual club ha quedado como responsable de seguir manteniendo viva la brillante historia de una instalación, la piscina Julio Navarro, que fue todo un referente deportivo y social no sólo en Las Palmas de Gran Canaria, sino que también lo fue a nivel nacional e internacional, aunque las épocas cambian y la brillantez, también.