domingo, 3 de octubre de 2021

80 AÑOS DE UNA GESTA: CANARIAS CONSEGUÍA SU PRIMER CAMPEONATO DE ESPAÑA.

A finales de agosto de 1941 del pasado siglo, es decir, hace ahora ochenta años, el nombre de Canarias saltaba a la luz publica en el mundo del deporte nacional como consecuencia de la obtención del primer campeonato de España que conseguía Canarias en un deporte como era la natación, con una alta consideración en aquellos años de la mano de las dos regiones más importantes: Cataluña y Madrid. A partir de ese triunfo la natación hispana ya no fue la misma. 

Equipo de Canarias en 1941
Foto: Equipo de Canarias en 1941. Fuente Dolores Hernández, El Balneario de Santa Cruz.
pepe Feo, Ramón Miranda, García Garamendi, Alfonso y Raúl Weller, Ramo Diaz, Esteban Fernández, Raimundo Afonso, Manolo Cruz, Roque Díaz, Fernando Navarro


A la tradicional lucha entre Cataluña y Madrid que se llamaba Centro o Castilla, se unía a partir de aquel año con nombre propio Canarias, que en aquel año de 1941 ponía la primera piedra de una historia más que brillante y que como no podía ser de otra manera, ha estado presente en la historia de la natación, ahora que la Real Federación Española de Natación está celebrando su Centenario. 

Hasta ese año de 1941, la natación canaria y nuestro deporte en general no tenía gran consideración en el resto del estado, como ya había señalado el periodista Díaz de las Heras en el “Ahora” de Madrid en el año 1935, con ocasión del primer campeonato de España en el que Canarias tomaba parte: “Los canarios que tienen tantos motivos para brillar en el deporte, luchan con el inconveniente enorme de la distancia en su notabilísima aspiración de incorporarse al movimiento deportivo nacional”. 

Ese año de 1935 y de la mano del recordado Julio Navarro, uno grupito de siete nadadores canarios, se desplazaban hasta la piscina valenciana de “Las Arenas” para hacer debutar a la natación canaria a nivel nacional y aunque fue una participación modesta, sembró la semilla de lo que vendría después, como así advertía el propio Julio Navarro: “lo principal es que se ha aprendido mucho, se han visto los fallos y se ha abierto el fuego” y ya planeaba la estrategia futura cunado se da cuenta de un importante detalle: “que aquí podían entrenar todo el año al contrario que el resto del estado”. 

Pero la progresión de estas ideas se vino abajo con ocasión de la Guerra Civil que azotó al país y que se llevó por delante a muchos de los pioneros de este deporte, sobre todo al propio Julio Navarro que fallecía en la contienda, pero que dejaba una importante herencia que mantendrían sus compañeros como Quique Martínez, Pepe Feo y Fernando Navarro, entre otros. 
Ignacio Martel Viniegra. Fuente: Liga Naval española


Tuvo que venir el empuje de otros históricos personajes como fue el caso del teniente de navío Ignacio Martel Viniegra quien, siguiendo instrucción del Jefe de la Comandancia Naval de Canarias, el contraalmirante Alfonso Arriaga, se puso como tarea apoyar e impulsar de nuevo aquella natación, cuya herencia había quedado algo huérfana y en el año 1940 presta un decidido apoyo a los deportes náuticos especialmente los deportes acuáticos, proponiendo travesías de natación, saltos, waterpolo e incluso remo en la ensenada del Puerto de La Luz y ahí empezó a gestarse todo lo que ocurriría al año siguiente. Un impulso que se consolida en el histórico Magno Festival de Reyes del año 1941, que convoca a los nadadores para la travesía a nado del Muelle Grande a la Marquesina, a un partido de waterpolo, a una exhibición de saltos y una regata de canoas, impulsados desde la Federación Canaria, en la que el propio Martel, ocupaba la presidencia. 

                                     Pero también a finales de 1940 se había convocado una decisiva reunión en Las Palmas de Gran Canaria, con presencia de dos elementos destacados de la natación en aquel momento como eran Alfredo García Garamendi (conocido como “Besugo”) y Paco Calamita, ambos de Tenerife que animaron a los locales a recuperar el rumbo que había tomado la natación canaria, empujando a clubes como el Náutico y Metropole, además del Price y el Gran Canaria, a tomar la iniciativa. 

Paco Calamita y Alfonso Weller. Fuente; Dolores Hernández


Pero hay otro dato importante y decisivo, como fue la construcción de la piscina de 33,33 metros de agua salada del Náutico de Tenerife, que tanto ha significado en la historia de la natación tinerfeña y canaria, que se vestía de largo en un encuentro interprovincial antecedente del campeonato regional que designaría a los representantes canarios en ese Campeonato de España en Palma de Mallorca. 

Y ahí aparecieron los nombres de los hermanos Weller, Alfonso y Raúl, Esteban Fernández, Manuel Miranda y Manuel Cruz y el propio Garamendi, de clubes como el Deportivo Tenerife, Náutico, Iberia y Price que formaron el grueso de la selección canaria junto con los grancanarios Fernando Navarro y Ramón y Juan Díaz (Roque), del Metropole y del PALA. bajo la tutela técnica de José Feo y Raimundo Afonso. 

Y ya estamos en los prolegómenos de ese campeonato y en ese momento lo más difícil no era nadar, era conseguir dinero para poder viajar y ahí se volcó la sociedad canaria como ya hiciera en 1935, respondiendo al llamamiento.

Piscina del Club Natación Metropole

    
                                                                                    
Piscina del Real Club Náutico de Tenerife
                                                                               
para recaudar fondos para “nuestros muchachos” con arengas como: CANARIO: Tu equipo de natación, el que ha de pregonar en la Península las insuperables facultades de nuestra raza tiene que ir a Palma de Mallorca con lo mejor de sus nadadores (La Provincia, 1941) .

Y en verdad se volcó con organización de verbenas, suscripciones populares, cenas de gala, etc., en ambas islas capitalinas y llamamiento de la propia Federación, que necesitaba “unas 7.500 pesetas” y para más inri, hubo un baile de fechas y los nadadores que habían viajado a finales de julio para estar en Palma los días 15, 16 y 17 de agosto, se encontraron que las fechas se habían retrasado hasta el 29, 30 y 31, lo que económicamente fue un trastorno y hubo que buscar más fondos, a través de pruebas, exhibiciones y “bolos” para conseguir recaudar fondos para esa estancia en el Hotel Royal de Palma.

Y lo que parecía un trastorno se convirtió en una ventaja ya que permitió que los nadadores pudieran entrenar tranquilamente dos semanas en el Náutico de Palma que, sin duda, fueron aprovechadas al máximo y permitió calibrar sus fuerzas de cara al campeonato.

La histórica piscina del Club Natación Palma. Fuente. Club Natación Palma

 Un campeonato del que se ha hablado mucho y que empezó con la exhibición de Roque Diaz el primer campeón y Garcia Garamendi, subcampeón, que se imponían en 200 braza, para asombro e incredulidad de los demás participantes y aficionados de regiones como Cataluña, Madrid (Castilla), Aragón, Andalucía, Galicia y Levante. A esa prueba le siguen las exhibiciones de Esteban Fernández en 1500 y Alfonso Weller que se convierte en el dominador de la espalda. 

Pero lo mejor estaba por llegar ya que la puntuación final por Federaciones se iba a decidir en el relevo 4 x 200 libres y ahí salió a relucir la visión y la estrategia del equipo canario que actuó con madurez y con una apuesta técnica por parte de los responsables que permitió que Canarias llegara segunda a la meta detrás de Cataluña, pero suficiente para sumar los puntos necesarios y así proclamarse campeones de España, consiguiéndolo además, con una sola décima de ventaja sobre el tercero en discordia, Castilla. 

Para qué fue aquello, explosión de júbilo entre los canarios, (al agua todo el mundo con ropa), fiestas por todo lo alto en el archipiélago, reconocimiento de los aficionados y estupor entre los expertos peninsulares, y como no podía ser menos una sociedad canaria que no cabía en sí de júbilo, ahí es nada Canarias, con mayúsculas se asomaba al deporte nacional y que mereció portadas en la prensa local. 


Y lo demostró con agasajos y reconocimientos en todos los órdenes sociales, con un recibimiento por todo lo alto en los muelles de Santa Cruz y de La Luz, actos protocolarios, competiciones deportivas de homenaje y una larga lista de eventos que venían a demostrar el cariño a esos nadadores muchos de cuyos nombres han quedado plasmados en instalaciones y el agradecimiento de una sociedad que veía con orgullo como unos muchachos de la tierra, ponían por primera vez el nombre de Canarias en lo más alto del panorama nacional. 

Y las primeras reacciones que se producen en serie: visita del presidente de la Federación Española, el histórico Bernardo Picornell, y la concesión de la organización del siguiente Campeonato de España del año 1942 a Canarias, que se disputarían en la recién inaugurada piscina del Real Club Náutico de Tenerife y sobre todo el reconocimiento de un triunfo deportivo que cambio para siempre el panorama de la natación española y que 80 años después recuerda que fue la natación la que puso el nombre de Canarias en la órbita nacional.


Articulo publicado en La Provincia, sábado 2 de octubre de 2021