La
natación fue el primer deporte que, como selección canaria, compitió en la
Península, en el campeonato de España de 1935
Corría el mes de Septiembre del año 1935 del siglo pasado, es
decir hace ahora mismo 80 años, cuando el nombre de Canarias se asomaba al
resto de España de la mano de un grupo de entusiastas deportistas: los que
formaban parte del equipo de natación de Canarias, que acudía a disputar su
primer campeonato de España de aquel año en la histórica piscina “Las Arenas”
de Valencia.
Era la primera vez que Canarias aparecía con nombre propio en el
mundillo deportivo nacional, con las dificultades de la distancia, algo que
sigue en vigor hoy en día pero que ya las crónicas de la época, como el periódico
“AHORA” de Madrid, decían cosas como: Los
canarios, que tienen tantos motivos para brillar en el deporte, luchan con el
inconveniente enorme de la distancia en
su notabilísima aspiración de incorporarse al movimiento deportivo
nacional.(1935). Unos deportistas canarios que hasta ese año sólo eran
conocidos por las “razzias” que hacia los equipos de futbol nacionales con los
valores en ciernes de Canarias.
En realidad la natación canaria ya llevaba tiempo funcionando, tan
grande era la afición deportiva a los deportes del mar en las islas,
representado en aquellos años por la natación y las travesías a nado, algo muy
habitual en los primeros años del siglo XX, en casi todas las fiestas y pueblos
costeros de la geografía insular, como las “regatas de natación” que se
organizaban en Santa Cruz de Tenerife
organizado por la denominada Asociación de Capitanes y Pilotos de la
Marina Mercante y por el denominado Club Tinerfeño, antecedente del Club
Náutico que con su homónimo de las Palmas de Gran Canaria mantenían vivos los
deportes de agua, en aquellas primeras décadas del siglo.
El primer club organizado y específico de natación que ve la luz
en las islas, fue el denominado Club Natación
Las Canteras, todo un referente social y deportivo de la época en Las Palmas de
Gran Canaria y que utilizaba el histórico barco “Sensat”, fondeado en plena
playa capitalina y cuya actividad se
complementaba con el otro lugar emblemático de la playa de aquella época, el
Balneario denominado la Caseta de Galán, que estaba en tierra, y era el punto
de partida para llegar al barco, con transporte o nadando.
El "Sensat" y el Balneario- caseta de Galan, dos referentes playeros en la historia de Las Canteras, (miplayadelascanteras,com)
El Club Natación Las Canteras, comienza su andadura en el verano
del año 1928, y tal y como indicaba la prensa del momento (Diario de Las
Palmas), se debía al impulso de un grupo de personas, cuyo primera acción para
configurar el club fue la de gestionar el traslado desde el Puerto de La Luz y
colocación en Las Canteras, de un pontón
y para el que contaron con las casas consignatarias. “que ofrecieron los servicios necesarios para
el traslado desde la bahía del Puerto de La Luz a Las Canteras del pontón que
servirá de base al mencionado club”.
Al frente de la comisión organizadora, que a la postre sería el
equipo directivo del club, estaba la señorita Josefina de la Torre, que conto con
colaboradores de gran prestigio social en aquella época, como es el caso de
Silvio Montero, cónsul de la República de Uruguay en la isla y que luego lo
veríamos también implicado en la fundación de la Federación Canaria de Natación
en los años treinta, siendo su primer
presidente, como también lo fuera del Metropole.
Además se contaba con un nutrido grupo de entusiastas
colaboradores, como los hermanos Néstor y Miguel Martin-Fernández de la Torre,
don Bernardino Valle y Gracia, don Antonio Roca Bosch, don Claudio de la Torre
y don Segundo Manchado, cuyo entusiasmo prendió rápidamente en la sociedad
isleña que realizó numerosas aportaciones al nuevo club, que en palabras de
aquella época: “hará de nuestra hermosa Playa de Las Canteras un lugar más atrayente
de lo que lo es actualmente”.
Desde 1928, hay constancia de actividades en el “Sensat”
organizadas por el Club Natación, como
se le denominaba y así en julio de 1928,
se disputa un partido de waterpolo entre socios del club, encabezados por
Silvio Montero, los hermanos Russo, Armando Torrent, Antonio Roca, Luis Valle y
Agustín Martinon, frente a los miembros de la colonia inglesa, reforzados por
una tal S.H,. Cross al parecer internacional británico, Hammond y Davies.
Victoria de loa canarios por 6-0 y de nuevo en la revancha por 8-1.
Y en el mes de septiembre de 1929, gran festival náutico en la
Playa de Las Canteras con la natación, waterpolo y saltos en primera línea,
junto con la vela y el remo, en el que tomaron parte nadadores como Armando
Torrent, Manuel Romero, Manuel Betancor, Antonio Roca, Ricardo Valle, Pedro Betancor, Gerhard Ascher, Luis
Valle, Agustín Martinon, Julio Russo,
Agustín Ramos, Joaquín Valle, Silvio Montero, Jaime Russo, Armando Russo;
Bernardino Valle, Nicolás Martinon, Paco del Rio, Agustín Viera, Federico
Ramos, Sebastián Socorro, Manolo Navarro y José Prada.
Todo dura hasta 1931 en el que un temporal de eso que ahora
llamaría de alerta naranja se llevó el barco hasta la orilla y allí embarrancó
y aunque se pudo reflotar, parece ser y según cuenta José Barrera en su libro (Las Canteras 1900-2000), “ante la
imposibilidad de sacarlo de donde estaba del Ayuntamiento decidió desguazarlo
donde mismo había quedado semienterrado”, evidentemente hubo partes del barco y
restos que no se pudieron salvar y el propio Ayuntamiento: “ordenó que fueran
tapados dejando el barco enterrado debajo de la playa, frente a lo que hoy es
el Hotel Meliá Las Palmas”*.
Pero no quedo en saco roto toda esta actividad, ya que en 1932 y
patrocinado por “La Provincia” se organiza un Magno festival de natación en Las
Canteras con el objetivo de: “levantar a
su conjuro, la inmensa de afición latente que existe en nuestra ciudad por el
más perfecto y saludable de los deportes, que ya hemos dicha que es la natación
“(La Provincia, 1932).
Una competición que tuvo todo tipo de pruebas y distancias desde
100, 400 y 1500 metros, pasando por 50 metros para señoritas y 25 para
infantiles con una gran a participación en la que ya se contaba con clubes como
el Club Natación Las Delicias, (el nombre del balneario de la playa), el Liceo
Cultural Acacia (fundado por las hermanas Acacia y Hortensia Ladeveze), a los
que se une también el incipiente Club Natación Peña La Vieja.
Eso de la salud
parece que fue la razón que llevo a la playa al considerado artífice del
resurgir de la natación canaria, Julio Navarro Jaimez, hijo del fundador del
prestigioso periódico de la época y también en la actualidad: La Provincia, don
Gustavo J. Navarro Nieto, y que después de sus comienzos en la playa, por prescripción facultativa, y cuando fue a
estudiar Ingeniería a Madrid, se implica de lleno en la natación competitiva,
militando en las filas del histórico Canoe de la capital.
Cuando venía su casa, a Las Palmas de Gran Canaria, en verano para
las vacaciones además de nadar, convenció a sus compañeros playeros para formar
un club que pudiera competir mas allá de nuestras fronteras a imagen y
semejanza de los que había en la Península como el histórico Canoe, en el que
él mismo militaba y así se crea en 1934 el Club Natación Metropole y al igual
que ocurriera años atrás con ese binomio hotel-natación, con el Hotel Towers,
instalado en Las Canteras, en esta
ocasión lo hacen al cobijo del Hotel que les da el nombre, el Metropole, pero que tenía un poderoso atractivo: una
pequeña piscina de 20 metros, el famoso Lido, donde además de actividades
hoteleras, se les permitió un uso deportivo en el tiempo libre, que utilizaron
con entusiasmo los nadadores playeros, pudiendo así experimentar lo que era
entrenar en una pileta, aunque fuera
sólo de 20 metros.
La desaparecida piscina de "El Lido " en el Hotel Metopole (fuente:Fedac,) y el histórico Balneario en Santa Cruz (fuente: Dolores Hernandez)
Y así llegamos a esa considerada primera competición oficial
reglada que se disputa en una piscina en Canarias, en agosto de 1934, en la
flamante “Piscina del Hotel Metropole”, aunque la piscina se inaugura en abril
de ese año. En esa primera competición oficial, el Metropole no estaba solo, ya
que aparte de los nadadores del club anfitrión como Carlos Fleitas, José
Jaimez, Antonio Hernández, José Hernández, José Feo, Armando Torrent, Luis Ley
y J. Mesa, participaron nadadores de otros clubes como el denominado C.N. Las Palmas con Rafael René, Indalecio
Mentado, José Hernández, O´Shanahan, Lenton y Tacoronte y el C.N. Canteras con
Luis Mentado, Díaz, Cabrera, Vernetta, Monzón y Macolo.
Por otra parte, la historia de las dos islas capitalinas marchan
casi en paralelo, puesto que de esa época es también la fundación en Tenerife
de la histórica Sociedad Anónima Balneario Santa Cruz, de 1928, que presidia el
recordado alcalde santacrucero, Santiago García Sanabria, formando su primera
Junta Directiva nombres como los de Américo López, Felipe Ravina, Bernardo de
la Rosa, Félix Claverie, Luis Zamorano y Miguel Llombet y que culminan en 1934
con la construcción del legendario Balneario de Santa Cruz, hecho que ocurre en
julio de ese año, con nombres de destacados deportistas como los hermanos Manuel y José
Cruz, Guillermo Sureda, José Miguel Delgado, José Ribero, Ireneo Fernández,
Julio Rancel, Oscar Díaz, Arturo González, José Arocha, Esteban Mandillo, Acidalio
Lorenzo, Silvestre Fox, Arturo Ribero, Manuel García, Sixto Siliuto, Raimundo
Afonso, Salvador Villa, Luis Murillo, Adolfo Muñoz, Carlos Benítez, Lorenzo
Benítez, Gumersindo González y Oswaldo Hernández, entre otros, de la mano de
otra figura histórica, Paco Rancel
Es precisamente en este escenario, en el Balneario donde también
se registra la primera competición en la isla de Tenerife y casi casi en
Canarias, aunque en realidad la primera competición más o menos fundamentada
que se registra es el primer campeonato
provincial de natación, hecho que ocurre en noviembre de 1934, y aunque sólo se
reconoce como club al Club Natación Balneario, hay un buen grupo de
participantes que lo hacen fuera de concurso , como José Pérez Alayón, Domingo
Suarez, Manuel de Vera, Marino Herrera, Luis Vernetta, Manuel Ravina; Aristeo
González, Juan Asensio; Tomás Galván, Domingo Cruz y Emilio Regidor.
Y llego 1935 y llego el gran reto de la “incipiente” natación
canaria: participar en el Campeonato de España de Valencia y es ahí donde surge
de nuevo la figura legendaria de Julio Navarro, promoviendo la creación de la
Federación Canaria de Natación, toda vez que sólo se podía competir en el
Campeonato de España por equipos formados por Federaciones Regionales, y lo hace
formando parte de esta primera Federación Canaria cinco clubes: Metropole, el
Náutico, el Athletic y Strangers de Gran Canaria y Club Natación Balneario de
Tenerife.
El Consejo directivo de esta primera Federación estaba encabezado
por el señor Silvio Montero, el cónsul de Uruguay en Canarias don Juan Gil
Hernández como vicepresidente, don Sixto Flórez del Cueto, como secretario; don
Germán Pírez Pérez como tesorero y don Rafael Bird Pérez como contador,
mientras que el representante del Balneario de Tenerife, parece ser que fue
Paco Rancel, la otra figura mítica de la natación canaria que fue el verdadero
impulsor de natación en la isla de Tenerife.
Así las cosas, se prepara el primer Campeonato de Canarias,
antesala del ilusionante debut de Canarias en el Campeonato de España, que ese
año de 1935 se disputaría en la piscina de Las Arenas, en Valencia, con 33,33
metros y agua salada como era habitual en la época, del 7 al 9 de septiembre,
con natación, saltos y lo que hoy se conoce como Aguas abiertas (2.000 metros).
Este primer campeonato regional, se disputaría los días 17 y 18 de
agosto en la piscina del hotel Metropole, aunque en un principio se acordó
organizar en la piscina del Balneario, al final no sabemos por qué motivos se
trasladó a Las Palmas, aunque seguramente algo tendría que ver las dimensiones
de la pileta del Balneario tinerfeño, que ya se sabía que era de unos 44
metros.
El caso es que lo que se preparó fue el primer enfrentamiento de
dos selecciones, la de Tenerife, formado exclusivamente por nadadores del C.N.
Balneario que era el que estaba en activo y otra de Las Palmas, que previamente
tuvo que realizar un Campeonato oficial de Las Palmas, para decidir su equipo
entre nadadores del Metropole, y de los otros clubes federados que habían constituido
la Federación: el Náutico, el Strangers y el Athletic.
La selección tinerfeña estaba formado por los hermanos Cruz, José
y Manuel, Acidalio Lorenzo, y Chelo Bonnet, mientras que la grancanaria lo
estaba por Julio Navarro, Juan Díaz (Roque), Ricardo Quesada, Emilio Felipe,
Núñez, René, Fernando Navarro y Enrique Martínez y no faltaron pruebas de
infantiles con el tinerfeño Victoriano Alonso y los palmenses José Mª Cordón y
Federico Ramos, pero lo que no hubo fue natación femenina, que tuvo que esperar
a futuras ocasiones.
Vencedores en este primer campeonato fueron, Fernando Navarro en
1.500 libres (23’50”); Julio Navarro en 100 libres (1.08”4/10) y 400 libres
(5’46”), Ricardo Quesada en 200 braza (3’35”) y 400 (7’44”) por parte de los
locales mientras que José Cruz en 100 espalda (1’25”) se erigía en el mejor
espaldista y Tenerife con los hermanos Cruz y Acidalio Lorenzo, vencían en el
relevo 3 x 100 estilos con 4’22”4/10 por los 4’34” 4/10 de los Núñez, Quesada y
René por parte de Las Palmas.
Aunque se realizaron además
algunos relevos fuera de concurso como el 5 x 20 o el 3 x 200 libres en los que
vencía Las Palmas, con Cordón, Martínez, F. Navarro, J. Navarro y Roque al
equipo representante de Tenerife, formado por Alonso, Bonnet, Fox y los hermanos
Cruz, al igual que en el de 200 con Tavio, René y Roque, frente a Bonnet y los
hermanos Cruz.
Sea como sea y atendiendo a la reglamentación vigente y sólo
teniendo en cuenta las pruebas con presencia de nadadores de ambas islas, la
puntuación final se inclinó para Las Palmas con 42 puntos, por 26 de los
tinerfeños, pero lo importante era haber echado a andar o a mejor a nadar,
regionalmente hablando, y ese fue el primer paso, que dejó un grato sabor de
boca a todos con una organización correcta y finalizando con: “un animado baile
en los salones del hotel”.
Y llegó el verdadero gran reto: búsqueda de recursos para
financiar el viaje y a ese objetivo se dedicaron fervientemente nadadores,
directivos, y simpatizantes en general, que ya eran muchos y la propia sociedad
canaria, sobre todo la grancanaria, que se volcó en la búsqueda de recursos
para financiar el viaje.
Desde las entidades hasta los prestigiosos hoteles de la época que
ofrecieron bailes y otras acciones y veladas artísticas, como el propio Hotel
Metropole, que cedió el importe de la entrada de los primeros campeonatos
regionales (1 peseta) y lo que recaudaron en la verbena posterior, a la
Federación o el Hotel Santa Brígida, con
sus “tea-danzant”, o la Compañía Trasmediterránea, que también apoyo el viaje
en barco de nuestros nadadores a Cádiz.
El próximo sábado se celebrará una animada verbena en los jardines y salones
del Hotel Santa Brígida, con objeto de recaudar fondos para sufragar los gastos
del traslado de nuestros nadadores, para asistir al Campeonato Nacional de
Natación que se celebrará en Valencia en los primeros días del próximo mes de
.septiembre. Damos a continuación una lista de los señores que han regalado
objetos para la tómbola que se ha de instalar en dicha verbena (Las Provincia,
1935).
Hasta el propio Cabildo Insular de Gran Canaria, en la sesión del
jueves 2 de agosto de 1935, que presidia Miguel Alonso Jiménez, acordó donar
1.000 pesetas de la época para sufragar el viaje de los nadadores canarios a
Valencia, propuesta defendida por los consejeros Carlos Ramírez Suárez y Manuel
Hernández Martín, a partir de un escrito de la Federación Canaria y que
contó con el informe favorable del
secretario, Emilio Valle y Gracia, aunque fue aprobada por unanimidad de todos
los consejeros.
Ya se había decidido la
selección canaria que habría de competir en tierras valencianas, precisamente a
partir de los resultados de ese primer Campeonato de Canarias disputado en el
Hotel Metropole y como era lógico se conformó con los vencedores de cada
prueba, que había que completar con un segundo, ya que en aquella época el
campeonato permitía inscribir a dos nadadores por Federación.
El equipo que se desplazó a la Península en aquella primera
aventura deportiva fuera de nuestras fronteras, estaba formado por: Enrique Martínez, Fernando Navarro, Juan Díaz
García (Roque), Julio Navarro, Ricardo Quesada, Sebastián Navarro, y José Sánchez, que era un agregado del
Canoe, ya que nadaría la espalda seguramente en sustitución del espaldista
tinerfeño José Cruz, que aunque vencía en esa prueba del regional,
definitivamente no viajaba a Valencia, quizás debido a esas cuestiones
económicas que tanto lastraron y siguen lastrando el desplazamiento del
deportista canario a tierras peninsulares.
La primera expedición canaria a Valencia (1935), (fuente Diario de Las Palmas)
Además viajó Antonio
Hernández Pulido para los saltos de trampolín y como delegado federativo Juan Gil Hernández, que era
vicepresidente de la Federación Canaria. Todos ellos en el vapor “Isla de Gran
Canaria” con rumbo a Cádiz, el miércoles 28 de agosto de 1935.
La piscina "Las Arenas" en el litoral valenciano, sede del Campeonato de España de 1935.
La llegada a Cádiz, parece ser que el lunes día 2 de septiembre y
donde fueron atendidos por las autoridades deportivas de la época que les
facilitaron una piscina para realizar sus entrenamientos, la del club de
natación de la ciudad, ya que debían seguir viaje hasta Alicante en el mismo
barco y luego continuar en tren hasta Valencia, donde al parecer llegaron el 4
de septiembre, alojándose en el “Hotel Europa”. Toda una odisea, si tenemos en
cuenta que embarcaron en Las Palmas el 28 de agosto.
Y una vez en Valencia pues directos a la piscina de “Las Arenas”,
en la ribera valenciana, para disfrutar del ambiente natatorio que allí se
respiraba y para ver a los ídolos y a las figuras de la época que luego habrían
de dar un brillante campeonato, con
varios records de España y pruebas disputadas.
Los canarios, humildes, se enfrentaban por vez primera a los
“monstruos” de la natación de quien tanto habían oído hablar. Nadadores de potencias
como Cataluña, Castilla, y no tanto como Baleares, Navarra y Vizcaya, pero con
el ánimo de ver esa natación que tanto querían y que ahora iban a comprobar si
era verdad que nadaban tan rápidos.
Y no les fue muy boyante, que digamos la aventura, solo unos
quintos y sextos puestos en algunas pruebas individuales, como las de fondo de
Fernando Navarro y Enrique Martínez o Julio Navarro, pero lo mejor fue sin duda
ese éxito moral que supuso subirse a las barbas de Baleares, en el relevo 4 x
200 libres. En aquel momento Baleares aparecía como una pequeña potencia en
ciernes, no en vano finalizó tras Cataluña y Castilla en la clasificación y a
los que los canarios habían echado el ojo, por si podían dar la sorpresa en la
última prueba del programa.
Y así fue porque los Juan Díaz, (Roque), Quique Martínez, Fernando
Navarro y Julio Navarro, pusieron toda la carne en el asador y Baleares solo
les pudo sacar al final 2 décimas de segundo, 10’56”8/10, por 10’57”, en un
magnifico cuarto puesto, lo que llevó la satisfacción a la expedición canaria
que veía como después, en la puntuación final, fue penúltima superando solo a
Navarra y siendo superada por la Vizcaína, Valencia, Baleares y las dos
potencias del momento, Cataluña y
Castilla.
Eso sí, según los cálculos del capitán del equipo, si sólo hubiera
puntuación de natación y no se sumaran los saltos o si se hubiera podido
disponer de un equipo más completo, con féminas e incluso con nadadores
infantiles, se hubiera podido escalar hasta el cuarto puesto, pero no fue así y
la primera experiencia de la natación canaria se podía decir que se saldó con
un cierto sabor agridulce, pero que no disminuyó para nada el ánimo de nuestros
pioneros, que fueron aprender y parece que sí que aprendieron la lección, a
tenor de lo que ocurriría en años
posteriores.
El propio Julio Navarro decía: “La
representación canaria se ha visto relegada en la puntuación final detrás de
otras regiones a las que ampliamente superó en las -pruebas de natación pura y
más singularmente en las de estilo libre. Ello fue debido a la falta de número
y especialización en otras pruebas y mientras Valencia obtuvo trece y cuatro
puntos en saltos y braza, respectivamente, los canarios no marcaron en ellos
ninguno, pero lo principal es que se ha aprendido mucho, se han visto los
fallos y se ha abierto el fuego”.—(Julio Navarro. La Provincia, 11/09/1935).
Y el capitán de la selección canaria ya daba algunas pistas de lo
que aprendió “allende los mares” y planteaba su estrategia de cara al futuro
cuando recuerda aquello de que “los
rigores del invierno y la falta de instalaciones cubiertas, impiden la práctica
de la natación en las demás regiones. Conclusión?: Pues que nuestro clima ideal
nos proporciona una magnifica ventaja casi de seis meses que no dudo
aprovecharán nuestros nadadores “.
Y vaya si que lo aprovecharon, pero esa es otra historia que
empieza en los años cuarenta. Este de 1935 fue solo el principio, el romper el
fuego, que decía Julio Navarro, la puesta de largo o como se quiera llamar. Era
la primera vez que Canarias se asomaba a la península como equipo y eso ya era
un hito histórico del que se cumplen ahora 80 años.
Lo que si está claro que fue el germen que, en los años posteriores brotó con fuerza y que
dio paso a ese “boom” que significó la irrupción de la natación canaria en
lo más alto del podio de la natación en
España, deslumbrando a todo el país y a los
aficionados al deporte, pero lamentablemente fue algo que no pudieron disfrutar
dos de sus máximos impulsores: Julio Navarro en Las Palmas y Paco Rancel en
Tenerife. Así es la vida.
Los tres pioneros de la natación canaria: Pepe Feo, Paco Rancel y Julio Navarro. (fuente: C.N. Metropole)
La noticia completa está publicada en La Provincia.