Hasta ese año de
1941, la natación canaria y nuestro deporte en general no tenía gran
consideración en el resto del estado, como ya había señalado el periodista Díaz
de las Heras en el “Ahora” de Madrid en el año 1935, con ocasión del primer
campeonato de España en el que Canarias tomaba parte: “Los canarios que tienen
tantos motivos para brillar en el deporte, luchan con el inconveniente enorme de
la distancia en su notabilísima aspiración de incorporarse al movimiento
deportivo nacional”.
Ese año de 1935 y de la mano del recordado Julio Navarro,
uno grupito de siete nadadores canarios, se desplazaban hasta la piscina
valenciana de “Las Arenas” para hacer debutar a la natación canaria a nivel
nacional y aunque fue una participación modesta, sembró la semilla de lo que
vendría después, como así advertía el propio Julio Navarro: “lo principal es que
se ha aprendido mucho, se han visto los fallos y se ha abierto el fuego” y ya
planeaba la estrategia futura cunado se da cuenta de un importante detalle: “que
aquí podían entrenar todo el año al contrario que el resto del estado”.
Pero la
progresión de estas ideas se vino abajo con ocasión de la Guerra Civil que azotó
al país y que se llevó por delante a muchos de los pioneros de este deporte,
sobre todo al propio Julio Navarro que fallecía en la contienda, pero que dejaba
una importante herencia que mantendrían sus compañeros como Quique Martínez,
Pepe Feo y Fernando Navarro, entre otros.
Pero también a
finales de 1940 se había convocado una decisiva reunión en Las Palmas de Gran
Canaria, con presencia de dos elementos destacados de la natación en aquel
momento como eran Alfredo García Garamendi (conocido como “Besugo”) y Paco
Calamita, ambos de Tenerife que animaron a los locales a recuperar el rumbo que
había tomado la natación canaria, empujando a clubes como el Náutico y
Metropole, además del Price y el Gran Canaria, a tomar la iniciativa.
Paco Calamita y Alfonso Weller. Fuente; Dolores Hernández |
Pero hay
otro dato importante y decisivo, como fue la construcción de la piscina de 33,33
metros de agua salada del Náutico de Tenerife, que tanto ha significado en la
historia de la natación tinerfeña y canaria, que se vestía de largo en un
encuentro interprovincial antecedente del campeonato regional que designaría a
los representantes canarios en ese Campeonato de España en Palma de Mallorca.
Y
ahí aparecieron los nombres de los hermanos Weller, Alfonso y Raúl, Esteban
Fernández, Manuel Miranda y Manuel Cruz y el propio Garamendi, de clubes como el
Deportivo Tenerife, Náutico, Iberia y Price que formaron el grueso de la
selección canaria junto con los grancanarios Fernando Navarro y Ramón y Juan
Díaz (Roque), del Metropole y del PALA. bajo la tutela técnica de José Feo y
Raimundo Afonso.
Y ya estamos en los prolegómenos de ese campeonato y en ese
momento lo más difícil no era nadar, era conseguir dinero para poder viajar y
ahí se volcó la sociedad canaria como ya hiciera en 1935, respondiendo al
llamamiento.
para recaudar fondos para “nuestros muchachos” con arengas como:
CANARIO: Tu equipo de natación, el que ha de pregonar en la Península las
insuperables facultades de nuestra raza tiene que ir a Palma de Mallorca con lo
mejor de sus nadadores (La Provincia, 1941) .
Y en verdad se volcó con
organización de verbenas, suscripciones populares, cenas de gala, etc., en ambas
islas capitalinas y llamamiento de la propia Federación, que necesitaba “unas
7.500 pesetas” y para más inri, hubo un baile de fechas y los nadadores que
habían viajado a finales de julio para estar en Palma los días 15, 16 y 17 de
agosto, se encontraron que las fechas se habían retrasado hasta el 29, 30 y 31,
lo que económicamente fue un trastorno y hubo que buscar más fondos, a través de
pruebas, exhibiciones y “bolos” para conseguir recaudar fondos para esa estancia
en el Hotel Royal de Palma.
Y lo que parecía un trastorno se convirtió en una
ventaja ya que permitió que los nadadores pudieran entrenar tranquilamente dos
semanas en el Náutico de Palma que, sin duda, fueron aprovechadas al máximo y
permitió calibrar sus fuerzas de cara al campeonato.
La histórica piscina del Club Natación Palma. Fuente. Club Natación Palma |
Un campeonato del que se ha hablado mucho y que empezó con la exhibición de Roque Diaz el primer campeón y Garcia Garamendi, subcampeón, que se imponían en 200 braza, para asombro e incredulidad de los demás participantes y aficionados de regiones como Cataluña, Madrid (Castilla), Aragón, Andalucía, Galicia y Levante. A esa prueba le siguen las exhibiciones de Esteban Fernández en 1500 y Alfonso Weller que se convierte en el dominador de la espalda.
Pero lo mejor estaba por llegar ya que la
puntuación final por Federaciones se iba a decidir en el relevo 4 x 200 libres y
ahí salió a relucir la visión y la estrategia del equipo canario que actuó con
madurez y con una apuesta técnica por parte de los responsables que permitió que
Canarias llegara segunda a la meta detrás de Cataluña, pero suficiente para
sumar los puntos necesarios y así proclamarse campeones de España,
consiguiéndolo además, con una sola décima de ventaja sobre el tercero en
discordia, Castilla.
Para qué fue aquello, explosión de júbilo entre los
canarios, (al agua todo el mundo con ropa), fiestas por todo lo alto en el
archipiélago, reconocimiento de los aficionados y estupor entre los expertos
peninsulares, y como no podía ser menos una sociedad canaria que no cabía en sí
de júbilo, ahí es nada Canarias, con mayúsculas se asomaba al deporte nacional y
que mereció portadas en la prensa local.
Y lo demostró con agasajos y
reconocimientos en todos los órdenes sociales, con un recibimiento por todo lo
alto en los muelles de Santa Cruz y de La Luz, actos protocolarios,
competiciones deportivas de homenaje y una larga lista de eventos que venían a
demostrar el cariño a esos nadadores muchos de cuyos nombres han quedado
plasmados en instalaciones y el agradecimiento de una sociedad que veía con
orgullo como unos muchachos de la tierra, ponían por primera vez el nombre de
Canarias en lo más alto del panorama nacional.
Y las primeras reacciones que se
producen en serie: visita del presidente de la Federación Española, el histórico
Bernardo Picornell, y la concesión de la organización del siguiente Campeonato
de España del año 1942 a Canarias, que se disputarían en la recién inaugurada
piscina del Real Club Náutico de Tenerife y sobre todo el reconocimiento de un
triunfo deportivo que cambio para siempre el panorama de la natación española y
que 80 años después recuerda que fue la natación la que puso el nombre de
Canarias en la órbita nacional.
Articulo publicado en La Provincia, sábado 2 de octubre de 2021 |