Ahora que se están produciendo una seri de homenajes a la aportación de deportistas canarios al Movimiento Olímpico, no viene mal recordar unos episodios que, sin duda alguna, marcaron el desarrollo deportivo de nuestros nadadores canarios, a los que se les privó de la posibilidad de tomar parte en unos Juegos Olímpicos, que es una de las máximas aspiraciones de todo deportista.
Todo se desarrolla en la década
de los años 50 del siglo pasado, precisamente cuando canarias era la dominadora
de la natación a nivel nacional. Entre 1952 y 1959, Canarias había sido
campeona de España todos esos años a excepción de 1957, en categoría masculina
a excepción de 1955 en féminas. Eso sin contar con la Tabla de Récords de España
que también era dominada pro la natación canaria. Un dominio absoluto.
Pero eso no pareció suficiente
para los responsables federativos de aquellos años en los que se disputaron dos
Juegos Olímpicos: Helsinki en 1952 y Melbourne 1956. En ninguno de los dos, tuvieron
cabidas los mas de 80 títulos individuales que obtuvieron nuestros nadadores y
nadadoras y bajo determinadas excusas, dejaron sin participar en los citados
Juegos Olímpicos a los que se lo habían ganado entre corcheras.
El mas sangrante fue sin duda el “culebrón”
de Helsinki en 1952, que afectó a dos figuras de nuestra natación: Antonio Quevedo
y Jesús Domínguez. Quevedo era el dominador absoluto del estilo espalda, con
campeonatos y récords. Jesús lo era en la braza, que luego paso amariposa y por
supuesto en los relevos.
Pero la Federación Española
decidió no llevar a la ciudad del norte de Europa equipo de natación y si de
waterpolo: Un equipo completo
de polo acuático y sus reservas, en total, doce nadadores que además podrían participar
en pruebas aisladas de natación pura (López Diaz) y eso levantó
una ola de solidaridad, hasta el punto que se buscó dinero “debajo de las piedras”
para que nuestros nadadores estuvieran en la cita olímpica, incluso con el apoyo
de la Fred Olsen, que en aquellos años transportaba fruta a Europa y les obsequio
con el pasaje.
Para que fue aquello, el cabreo
del mundillo de la natación fue monumental, pero nada de eso sirvió para que Toni
y Jesús tuvieran el reconocimiento olímpico que se merecía, y que se habían
ganado en la piscina.
Jesús Domínguez y Antonio Quevedo
Y cuatro años más tarde, en los Juegos de Melbourne’56 de nuevo las circunstancias, en este caso políticas, volvieron a cerrar el paso al premio olímpico de nuestros nadadores, afectando sobre todo al legendario relevo 4 x 200 libres formado por Jesús Benjumea, Roberto Alberiche, Manuel Castiñeira y Manolo Guerra, que habían superado la barrera de los 9 minutos, algo impensable en aquella época y que además tenían un valor internacional muy alto, que no hubieran desentonado en la ciudad australiana, con el 9.10 de piscina larga, en el recordado Campeonato de España que se disputaba en la antigua “Martin Freire” con el apoteósico triunfo de Canarias en todas las categorías.Pero todo eso se vino al traste
por los diversos boicots políticos por parte de algunos países, entre ellos España,
que junto con Holanda y Suiza decidieron no participar como protesta por la
invasión soviética de Hungría, que había tenido lugar poco antes.
De nuevo la injerencia administrativa se interponía en el camino olímpicos de los nadadores canarios. Y eso sin olvidarnos que tanto Quevedo como Domínguez seguían en primera línea y volvían a tropezar con las circunstancias ajenas al deporte.
En resumen, seis nadadores canarios
que se quedaron con la” miel olímpica” en los labios y creemos que merece la
pena que se les recuerde, porque ellos si cumplieron con los requisitos
deportivos y deberían estar en esos listados y reconocimientos que se están haciendo
a los deportistas olímpicos. Lo demás, mejor olvidarlo.
Afortunadamente, la cosa cambió
radicalmente en los siguientes Juegos, los de 1960 en Roma, ya que, de los diez
españoles participantes en masculinos, seis eran canarios, a los que se unió la
primera mujer olímpica canaria, Rita Pulido, pero eso es otra historia.
En la imagen inferior el relvo protagonista, Castiñeira, Alberiche, Guerra y Benjumea, a los que se unen en la foto superior, Correa y Domínguez
Grandes figuras de la natación Canaria,que pusieron muy alto el pabellón español.Gracias Rafa,por hacer que a través de tu docta pluma,los jóvenes de hoy conozcan los grandes logros de estos grandes deportistas,entre ellos,a Jesús Domínguez,con el que hice amistad cuando estuvo de Encargado en el Martín Freire.Emilio Ramírez
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