viernes, 25 de julio de 2025

En el adiós a Juan Fermín Martínez (Juancho)

En estas fechas tan veraniegas y calurosas, en las que las competiciones de natación están en su apogeo, no solo a nivel local, también a nivel nacional y mundial, nos llega triste noticia del fallecimiento de unos de los iconos de nuestra natación canaria, aquella que deslumbraba al deporte hispano en los años sesenta del siglo pasado.

Juan Fermín Martínez, “Juancho” para los amigos, nos ha dejado y con él se va una parte de la historia de la natación canaria y de su club, el Club Natación Metropole.

A nivel deportivo, Juancho era un especialista sobre todo en las pruebas de libre, donde era un habitual en el podio de los Campeonatos de España en los que participaba a lo largo de la década de los años sesenta, aunque en sus comienzos tampoco lo hiciera mal en mariposa, en aquellos campeonatos de España infantiles de Pamplona’60 en los que debutaba como nadador nacional.

                                                   En la imagen con los compañeros en  Mexico'68, Arturo Lang-Lenton, Diego Martel y   otros compañeros de la Blume de Barcelona como el técnico Jan Freese (RFEN)

Formado en el Club Natación Metropole, a las órdenes del mítico entrenador Quique Martínez, también tuvo su etapa en la Residencia Blume de Barcelona con otro prestigioso técnico, Jan Freese, y junto con otros nadadores canarios, como Arturo Lang-Lenton, Fernando Navarro, Nazario Padrón, Jorge Rubio, Diego Martel y José Ferrero.

Sin duda alguna, destacaba su aportación a los relevos, tanto el imbatible 4 x 100 estilos, campeón de España en 1963, con Chuchi Cabrera, Nazario Padrón y Domingo Villamandos; en el 64 con Chuchi, Nazario y Arturo Pérez-Zamora, en el 67 incluyendo a Jorge Rubio en lugar de Nazario y en el 68 y 69 formado con Chuchi Cabrera, Nazario Padrón, Arturo Lang-Lenton y el propio Juancho, que se convirtieron en un mítico equipo de relevos imbatible en España, como lo fue también en los relevos de libre.

Eso en los de verano, porque en los recién creado Nacionales de invierno, en piscina de 25, la recha era imparable. En el 64 con Chuchi, Ramon Sánchez-Prats y Domingo Villamandos y además otro éxito en el 4 x 200 libres con la incorporación de Cossío. En 1965 con Chuchi, Esteban Cruz y Villamandos y en el 66, con Chuchi, Ramon Galopa y Arturo Lang-Lenton.

En libre, en el 4x100 y en el 4x200 llegó a tener el récord de España con compañeros como los hermanos Cabrera, Manolo Pio, José Manuel Cossío, y además batía el récord de España a nivel individual en 1963 en 200 libres (2.10.1) y 400 libres (4.37.5), récords que le arrebata nada menos que Miguel Torres, uno de sus rivales en el agua.

Esos méritos le llevaron a ser internacional casi en medio centenar de ocasiones-48- defendiendo a la natación hispana y le permitió formar parte del equipo español que batía a Italia en la inauguración de las instalaciones de su club, en aquel año de 1965, en la que nadaba 400 estilos y después también participaba en el Campeonato del Mundo Militar que se celebraba en las instalaciones de su club, el Metropole, en 1966, donde ya destacaba en sus pruebas de relevo libre.

Pero sobre todo le llevó a formar parte del equipo olímpico español en Mexico´68, el mejor broche a su carrera junto con otro compañero del club, Arturo Lang-Lenton, y en la que nadaba los dos relevos de libre, su especialidad, el 4x100 y 4x200, pero ya antes en los Juegos del Mediterráneo de Túnez (1967) se llevaba la medalla de oro en el 4x100 libres con el equipo español, junto con Chicoy, Espinosa y Fortuny.

En el podio de los Juegos del Mediterráneo, Tunez'67. Oro en el relevo de libre con Fortuny, Chicoy y Espinosa (RFEN)

Tenía, además, la medalla de plata de Servicios distinguidos de Real Federación Española de Natación y había sido distinguido por su club de toda la vida.

En el plano personal, Juancho formó una familia, con la también nadadora del club, María Eugenia Camalich, su compañera dentro y fuera de la piscina, y si en algo destacaba era por su talante siempre alegre, su sonrisa y su bonhomía que, a buen seguro heredó de su padre, Fermín Martínez, -quien fuera médico del club durante muchos años- lo que le granjeó a Juancho la simpatía y el reconocimiento de todos sus compañeros de corcheras, no sólo de su club, sino de toda la natación española y estamos seguros que en estos momentos le estarán recordando con cariño. El mismo que él ponía en la piscina.

Descansa en paz.

viernes, 11 de abril de 2025

LOS “CASI” OLIMPICOS CANARIOS, EN EL OLVIDO.

Ahora que se están produciendo una seri de homenajes a la aportación de deportistas canarios al Movimiento Olímpico, no viene mal recordar unos episodios que, sin duda alguna, marcaron el desarrollo deportivo de nuestros nadadores canarios, a los que se les privó de la posibilidad de tomar parte en unos Juegos Olímpicos, que es una de las máximas aspiraciones de todo deportista.

Todo se desarrolla en la década de los años 50 del siglo pasado, precisamente cuando canarias era la dominadora de la natación a nivel nacional. Entre 1952 y 1959, Canarias había sido campeona de España todos esos años a excepción de 1957, en categoría masculina a excepción de 1955 en féminas. Eso sin contar con la Tabla de Récords de España que también era dominada pro la natación canaria. Un dominio absoluto.

Pero eso no pareció suficiente para los responsables federativos de aquellos años en los que se disputaron dos Juegos Olímpicos: Helsinki en 1952 y Melbourne 1956. En ninguno de los dos, tuvieron cabidas los mas de 80 títulos individuales que obtuvieron nuestros nadadores y nadadoras y bajo determinadas excusas, dejaron sin participar en los citados Juegos Olímpicos a los que se lo habían ganado entre corcheras.

El mas sangrante fue sin duda el “culebrón” de Helsinki en 1952, que afectó a dos figuras de nuestra natación: Antonio Quevedo y Jesús Domínguez. Quevedo era el dominador absoluto del estilo espalda, con campeonatos y récords. Jesús lo era en la braza, que luego paso amariposa y por supuesto en los relevos.

Pero la Federación Española decidió no llevar a la ciudad del norte de Europa equipo de natación y si de waterpolo: Un equipo completo de polo acuático y sus reservas, en total, doce nadadores que además podrían participar en pruebas aisladas de natación pura (López Diaz) y eso levantó una ola de solidaridad, hasta el punto que se buscó dinero “debajo de las piedras” para que nuestros nadadores estuvieran en la cita olímpica, incluso con el apoyo de la Fred Olsen, que en aquellos años transportaba fruta a Europa y les obsequio con el pasaje.

A pesar de todo, no hubo manera o no hubo voluntad de inscribirlos oficialmente y no pudieron participar, pero, mira por dónde, descubren que, si participaban nadadores catalanes, Enrique Granados, Roberto Queralt y Ricardo Conde, que los habían “camuflado” como jugadores de waterpolo y pudieron nadar las pruebas de libre, Granados 400 y 1500 m libres y los demás en 100 libres.

Para que fue aquello, el cabreo del mundillo de la natación fue monumental, pero nada de eso sirvió para que Toni y Jesús tuvieran el reconocimiento olímpico que se merecía, y que se habían ganado en la piscina.

 

Jesús Domínguez y Antonio Quevedo


Y cuatro años más tarde, en los Juegos de Melbourne’56 de nuevo las circunstancias, en este caso políticas, volvieron a cerrar el paso al premio olímpico de nuestros nadadores, afectando sobre todo al legendario relevo 4 x 200 libres formado por Jesús Benjumea, Roberto Alberiche, Manuel Castiñeira y Manolo Guerra, que habían superado la barrera de los 9 minutos, algo impensable en aquella época y que además tenían un valor internacional muy alto, que no hubieran desentonado en la ciudad australiana, con el 9.10 de piscina larga, en el recordado Campeonato de España que se disputaba en la antigua “Martin Freire” con el apoteósico triunfo de Canarias en todas las categorías.Pero todo eso se vino al traste por los diversos boicots políticos por parte de algunos países, entre ellos España, que junto con Holanda y Suiza decidieron no participar como protesta por la invasión soviética de Hungría, que había tenido lugar poco antes.

De nuevo la injerencia administrativa se interponía en el camino olímpicos de los nadadores canarios. Y eso sin olvidarnos que tanto Quevedo como Domínguez seguían en primera línea y volvían a tropezar con las circunstancias ajenas al deporte.

En resumen, seis nadadores canarios que se quedaron con la” miel olímpica” en los labios y creemos que merece la pena que se les recuerde, porque ellos si cumplieron con los requisitos deportivos y deberían estar en esos listados y reconocimientos que se están haciendo a los deportistas olímpicos. Lo demás, mejor olvidarlo.



Afortunadamente, la cosa cambió radicalmente en los siguientes Juegos, los de 1960 en Roma, ya que, de los diez españoles participantes en masculinos, seis eran canarios, a los que se unió la primera mujer olímpica canaria, Rita Pulido, pero eso es otra historia.


En la imagen inferior el relvo protagonista, Castiñeira, Alberiche, Guerra y Benjumea, a los que se unen en la foto superior, Correa y Domínguez