viernes, 12 de septiembre de 2025

Canarias y sus saltadoras, todo un ejemplo de campeonas

Hablar de Saltos en Canarias es hablar de una disciplina que ha aportado páginas brillantes a la historia de nuestro deporte y que durante muchos años ha ido de la mano de la natación pura. Y aunque en sus orígenes predominaran los saltos masculinos, no podemos olvidar la aportación que hicieron las mujeres saltadoras a esta disciplina, en una etapa histórica y pionera en la que el deporte femenino tenía sus propias dificultades.

La razón de la brillantez de esta disciplina, en realidad no es otra que la situación que se produce a finales de los años cuarenta (1949) cuando el Campeonato de España de Natación pasa a denominarse Campeonato de España de Natación y Saltos, añadiendo los Saltos a la puntuación final por federaciones, algo que muchos vieron como una maniobra de Cataluña para impedir la supremacía canaria entre corcheras.

Así las cosas, la Federación Canaria que en aquellos años la presidia Luis Piernavieja del Pozo, tomaba las riendas del asunto y organiza las exhibiciones y enseñanzas del campeón de España, Juan Ricart y después la visita de un entrenador sueco, Arne Lundberg y señora que, con la colaboración de Emilio Medina, periodista y entrenador, dejaron constancia de su labor con la promoción de los primeros saltadores que aportaba Canarias, como fueron. Fermín Martínez, Asdrúbal Ojeda, Juan Luis Pérez Morales, los hermanos Gómez Carló y la joven Juana Teresa Sánchez.

Imagen de Solange Baudens, del fotógrafo Luis López en el Náutico de Tenerife. (Fotos antiguas de Tenerife)
























Pero sin duda alguna, la sensación del momento a nivel local y nacional fue Solange Baudens (de soltera Timmermans) la saltadora francesa que había recalado en Gran Canaria por motivos profesionales de su esposo y que se incorporaba rápidamente al equipo de Canarias en aquel año de 1950 en el que se volvía a participar con un equipo femenino y en el que Solange vencía en trampolín y era segunda en palanca (o plataforma), algo que repite el año siguiente y subcampeona en el 52 y vuelve en 1953 a ganar en trampolín y segunda en palanca con otra saltadora, Lidia Pírez, que era cuarta.

En el 54 es precisamente Lidia Pirez la que representa a Canarias y en el 55 el relevo lo toman las tinerfeñas Mary Cruz Domínguez y Lala Ramírez a las que se unen Nieves Morales y Rosario Logendio en 1956 en Martin Freire. En el 57 ya aparecen Carmelina Espino, Esperanza Coloma y sobre todo Adabel Acosta que toman el relevo de los triunfos canarios, en esta disciplina, ya que Mary Cruz Domínguez vencía ese año en palanca y tercera en trampolín, contribuyendo a victoria de Canarias sobre Cataluña,  su eterna rival. y Castilla, las tres "C".

La piscina "Julio Navarro" con sus trampolines, sede de los orígenes de los Saltos
(Vicente García)

La cuna de los saltos, el profesor Lundberg y sus alumnos
 (F.C.N.)


Solange Baudens en pleno salto (RFEN)
El verdadero despegue de los saltos femeninos tiene otro nombre propio, el de Adabel Acosta- recientemente fallecida- y hermana de otro nombre importante de los Saltos, Francisco José Acosta.
Adabel, que si bien debutaba modestamente en ese 1957, los años siguientes se proclama campeona de España en trampolín (1958, 59 y 60) y en palanca (1959, 60, 61 y 62),, sin rivales en ambas pruebas ya que cuando no era primera, era segunda y contaba además, con la compañía de otra destacada saltadora, Carmelina Espino que también ocupaba puestos de honor.


Adabel Acosta .Club Natación Metropole
Y aunque a partir de ese 1962 parece que se acaba la historia de los saltos femeninos, que pasan por una etapa más discreta, ahí quedan las reseñas  que recuerdan a estas deportistas pioneras que ayudaron a la brillantez y al éxito de la natación y los saltos en Canarias, y que vuelven a brillar años mas tarde con otras  saltadoras destacadas como  Conchita García Rubio, Leyre Eizaguirre, Jennifer Benítez, María Rodríguez, Elena Wagner, Alicia Carretero,, Macarena Salgado, Mercedes Hernández. Mapi Rodríguez, Alicia Santana, Emma Larcada, etcétera, pero eso es otra historia.


miércoles, 10 de septiembre de 2025

De cuando Canarias estuvo a punto de ser sede del Primer Campeonato del Mundo de Natación.

Todavía con los ecos del XXII Campeonato Mundial de Natación disputado en Singapur entre el 11 de julio y el 3 de agosto de 2025, nos viene a la memoria los orígenes de este evento mundial que acoge a los mejores deportistas no solo de Natación, ya que se suman las especialidades de Saltos, Waterpolo, Artística, Aguas Abiertas y Saltos de Gran Altura, bajo la organización de World Aquatics.

Pero antes, el máximo organismo responsable de estas disciplinas, denominadas deportes acuáticos, recaían en la Federación Internacional de Natación Amateur, la FINA, que a finales de los años sesenta del siglo pasado ya se planteaban organizar el Primer campeonato Mundial inicialmente previsto para 1971 pero que finalmente se disputaba en Belgrado en 1973.

Precisamente para esa primera cita, Canarias tuvo su oportunidad y estaba en una lista hipotética de posibles sedes, junto a Madrid y Barcelona, en una buena posición de salida que tenía España, pero que finalmente tuvo que esperar hasta 1986 para conseguirlo.

Fuente: Revista Crol. RFEN

Pero en aquellos años de finales de 1969, el nombre de Canarias y mas concreto el de Las Palmas de Gran Canaria, contaba con amplas posibilidad4ds ser sede de ese primer campeonato.


Dos puntos de referencia fueron muy importantes. En esas fechas el presidente de la Federación Española de Natación era el canario Luis Benítez de Lugo, el recordado Marques de la Florida y por otro lado en ese mismo año el presidente de la FINA, el mexicano Javier Ostos, realizaba una visita a las islas de la mano del propio Marqués, quien además recibía un homenaje de la natación canaria, de la que también había sido presidente.

La idea fue el centro de conversaciones durante esta vidita del mandatorio internacional, y dentro del acto del homenaje al Marques y muchos dirigentes locales se ilusionaron con la idea. En aquel momento las instalaciones del Metropole eran las ideales, aunque reconocían que hacía falta otra piscina.

Pero la ciudad ya contaba con otras piscinas de 50 metros que podían aportar algo al campeonato, como la cercana de “Julio Navarro” o la de “Martin Freire”, e incluso el recordado Berto, en La Provincia (octubre 1969), ya repasaba los cálculos: “solamente de deportistas, hablan de 500 personas y la duración de los campeonatos de diez a doce días, abarcando natación, saltos, waterpolo y natación sincronizada, siendo imprescindible los cuatro eventos. Después viene el desplazamiento de personal técnico y directivo, hospedaje y acondicionamiento dé las instalaciones, etc. con el servicio imprescindible de comunicaciones -teléfono y télex- y el aforo mínimo de por lo menos ocho mil personas”. Algo que parecía difícil de alcanzar, sobre todo porque España tenía otras candidaturas como Madrid y Barcelona, pero el propio cronista decía: “Ahora bien, el interés en hacerlos puede mover posibilidades, y el prestigio y conocimiento que alcanzaría Canarias para muchos bien vale el esfuerzo”.

La piscina Pepe Feo en 1972, sede de los  Campeonatos de España.
Fuente Revista Crol. RFEN

 

Pero todo se evaporó cuando los máximos dirigentes hispanos decían que: “No se duda de la capacidad de la organización canaria Pero el riesgo a correr era demasiado grande” ya que había que depositar 3.000 dólares de fianza que en aquella época era dinero y prefirieron dejarlo para más adelante, como así ocurrió en 1986 con el Mundial en Madrid y después los de Barcelona.

Pero queda al menos el agradable recuerdo de lo que significaba en aquellos la natación canaria, no solo a nivel nacional, ya que a nivel internacional también se pensaba en Canarias, con interlocutores como lo fueron tanto el Marqués de la Florida como Gregorio Socorro entre otros y que se reflejan en esas visitas de los máximos mandatarios mundiales.

En fin, ahí quedó la ilusión.