sábado, 13 de junio de 2015

EL VERDADERO MERITO DE JULIO NAVARRO

Al hilo de la conmemoración del Día del Club que organizaba en fechas pasadas  el Club Natación Metropole en  las que se conmemoran las Bodas de oro de sus instalaciones,  aquellas que se inauguraban con aquel brillante e histórico encuentro internacional  España-Italia y que ganaba el equipo hispano por un solo punto, nos parece interesante repasar una vez más la aportación que ha hecho esta entidad y sobre todo su fundador, Julio Navarro Jaimez, a la natación canaria, nacional e internacional, al deporte  en general y a toda la sociedad canaria.


A  Julio Navarro se le atribuye ser el fundador de la natación canaria cuando, repasando la historia de nuestra natación canaria, hemos podido comprobar que en aquel año 1934, cuando se crea el Club Natación Metropole, la natación en  Canarias ya tenía su pequeña historia desde principios del siglo XX, siendo su máximo representante el Club Natación Canteras,  que presidiera Josefina de la Torre a finales de los años veinte en aquella zona capitalina que convocaba a los amantes del deporte de agua.

Y es precisamente allí donde nació para la natación Julio Navarro Jaimez, que al parecer acudía a la playa por prescripción médica, pero que quedó definitivamente enganchado a la natación hasta el punto que cuando viaja a Madrid por estudios descubre el recién constituido Canoe Natación Club y se da cuenta que el futuro pasa por crear algo parecido en Canarias y ahí surgió la idea del crear un club.

Una idea que le rondaba por la cabeza y que se traía de vacaciones a Las Palmas junto con otros compañeros como Faustino Cordón, dejando embobados a los amigos playeros que practicaban una natación poco moderna, a tenor de la que, seguramente, Julio veía y practicaba en el club madrileño en la histórica piscina madrileña de La Isla.

Julio Navarro, convenció a sus compañeros playeros para formar un club que pudiera competir mas allá de nuestras fronteras a imagen y semejanza de los que había en la Península y así se funda en 1934 el Club Natación Metropole, aunque este no estaba en Las Canteras, sino en Ciudad Jardín -aunque su origen fuera  Triana- pero tenía un poderoso atractivo: una pequeña piscina de 20 metros, el famoso Lido, donde se les permitió un uso deportivo en el tiempo libre, que utilizaron con entusiasmo los nadadores playeros.

La clave del perfeccionamiento técnico de Julio Navarro tuvo además otro factor añadido, la presencia en Canarias del famoso nadador de los años 20 en España el belga Paul Wenziner, que visitaba las islas asesorando y enseñando a los precoces nadadores locales con un alumno aventajado, el propio Julio Navarro, que después transmitía a la perfección estas enseñanzas a su compañeros de playa.

Es por eso que entendemos que el verdadero mérito de Julio Navarro fue precisamente el dar a conocer la natación canaria al mundo, dar la oportunidad para que esa natación local y modesta se asomara al exterior y abriera la puerta a una historia de leyenda que llevo el nombre de la natación canaria, de Las Palmas de Gran Canaria y de toda Canarias al exterior, paseándolo por toda España y por el mundo, llenando páginas brillantes en los anales del deporte hispano y además contribuiría con su faceta de periodista, informando minuciosamente de todo lo que concerniera a la natación no  sólo local, ya que fue corresponsal de la revista del Canoe madrileño, “Aguaisol” y además lo hizo en los Juegos Olímpicos de Berlín del año 1936.


Ese creemos que fue el verdadero merito de Julio Navarro y por el que ha pasado a la historia, una historia tristemente truncada por su prematuro fallecimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario