sábado, 26 de mayo de 2018

SE NOS FUE PERICO SANTANA

La natación local sigue estando de luto en estas últimas fechas, en las que ha recibido noticias de la marcha inevitable de muchos de los amigos de este deporte que tanto ha significado en la sociedad canaria. En esta ocasión se nos ha ido el amigo Pedro Santana, Perico para los amigos, que no fue de los que se peleaba entre corcheras, ni subían al podio, ni ganaba medallas, pero son de esas personas sin cuya presencia hubiera sido difícil lograr los éxitos deportivos.
Y eso que Pedro ocupaba el siempre antipático puesto de árbitro, por aquello de las decisiones a tomar, que no siempre llueve a gusto de todos, ya se sabe, pero es que además Perico dominaba perfectamente su papel y sus decisiones eran tajantes y tan tajantes que nadie osaba protestarle, porque seguro que te lo iba a recordar, si no te pegaba un “bocinazo”, que además daba igual que fueras nadador, entrenador, directivo o padre., había para todos.
Pedro en realidad venia del mundo del fútbol, donde además de jugador llegó a ser entrenador y arbitro en sus años jóvenes y se incorporaba después a lo de jueces y cronometradores en las pruebas de automovilismo y motorismo, donde coincidió con amigos como los recordados Nemesio López, Gregorio Socorro, entre otros, pero fue otros histórico del arbitraje, Armando Vera quien los lleva a todos a la natación y ahí empieza la historia natatoria de Perico.
Una densa historia que empezaba con aquel legendario España-Italia disputado en el Metropole y que completaba después con una larga lista de intervenciones a nivel nacional donde su fama de “hueso” se dejaba notar y si no que se lo pregunten a los nadadores que sufrieron sus descalificaciones o sus llamadas de atención, a veces rigurosas, pero inapelables, a fin de cuentas
Y era también el “hueso” en las salidas cuando todavía se admitían hasta tres salidas falsas, porque tenía la habilidad de adelantarse a los que se adelantaban, valga la redundancia, con aquellas gafas negras que se ponían para que no lo delataran los gestos, como seguro que algunos nadadores recordarán, así era Pedro.
Fue precisamente el Metropole su otra importante aportación a la natación canaria, club en el que estuvo como directivo y delegado más de 15 años, prestando sus servicios sobre todo en el tema administrativo y contable.
Era ese precisamente su desempeño profesional en Prensa Canaria, donde todos le recuerdan por su labor durante tantos años al servicio de la empresa y de los compañeros, tanto de La Provincia como del Diario y que han heredado sus hijos, sobre todo Pedro y su hija, Laly.
Y no por eso olvidaba su cariño por la natación, porque gracias a su apoyo se abrieron las puertas informativas a la natación en la prensa local como nunca se había hecho. Primero fichando al recordado Berto Trujillo, para las páginas de La Provincia, iniciando así su fructífera y reconocida labor de la que el que esto suscribe puede dar fe, porque también vio las puertas abiertas del Diario Las Palmas, gracias a Pedro y a su hijo, algo que siempre agradeceremos.
Pero ante todo era una persona entrañable, porfión pero entrañable, porque al final todos teníamos que darle la razón y casi siempre se salía con la suya, aunque es verdad que en eso de los numeros no se solía equivocar, sobre todo cuando había que hacer las puntuaciones en los campeonatos y todavía no existían los ordenadores. Allí estaba Pedro papel y lápiz junto con su amigo Nemesio y no hacía falta ni maquina ni ordenador y no se equivocaban. Y si había dudas, de nuevo el “bocinazo” y punto.
Un carácter entrañable que le acompañaba siempre a pesar de los pesares y para muestra, ahí están los amigos que cosechó y sobre todo esa maravillosa familia que formó, antes y después. Alicia, Pedro, Laly y en esta segunda etapa, Soledad. Una maravillosa herencia. En ambos casos, amigos y familia, siempre con rectitud, ética y solidaridad. En nuestra opinión, sus mejores virtudes.

Descansa en paz, amigo Perico

LA PROVINCIA, 17 de mayo de 2018

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